Masaje tántrico

En una sesión de masajes tántricos no sólo es importante la actitud que deben tener los participantes, como explicamos en el artículo de caricias tántricas, también es muy importante tomar una postura adecuada para ayudar a la relajación y el libre intercambio de energía.

Rol pasivo y rol activo

Como señala Abraham Vatek en su libro Cómo practicar sexo tántrico, quien asume el rol pasivo deberá acostarse (boca arriba o boca abajo, dependiendo del tipo de masaje erótico) yrespirar de manera profunda y acompasada. Por otra parte, el miembro de la pareja que asuma el rol activo deberá estar sentado de manera tal que quede sobre su pareja y pueda mover sus manos libremente y sin provocar tensiones.

En cuanto a las posturas de las manos, existen cuatro posiciones. Cada una de estas conlleva flujos de energía diferentes y, por lo tanto, tienen distintos efectos sobre el cuerpo de la pareja.

Es fundamental tener en cuenta que los dedos y las manos deben estar siempre relajados y operar de manera ligera.

Nunca se debe perder de vista que se trata de una serie de masajes sensuales que buscan la armonía física y espiritual.  Con estos preliminares tántricos, la idea es desbloquear zonas del cuerpo que se encuentran energéticamente obstruidas (parcial o totalmente) con el fin de facilitar el posterior goce erótico. Por ello, no es recomendable una presión excesiva y sí, un tacto suave.

Posiciones de las manos

Las cuatro posiciones que se señalan en el libro al que hacemos referencia son las siguientes:

1- Percusión: se cierran los puños sin hacer fuerza y, alternando las manos, se los deja caer repetidas veces y de manera rítmica sobre el área corporal sobre la que se está operando. Tiene la capacidad de estimular la energía rápidamente.

2- Manipulación con la mano extendida: se extiende la mano con los dedos estirados, de palma al masajeado, y se recorre una parte determinada del cuerpo. Puede hacerse en línea recta, de manera circular o a través de una combinatoria de ambos tipos de trayectoria. Sirve para impulsar la energía a través del cuerpo, pero de manera más lenta y menos potente que la modalidad anterior.

3- Manipulación con el dedo: se puede utilizarse la yema del dedo índice, mayor o anular. Los otros dedos no están “prohibidos”, pero suponen más dificultad al procedimiento y se corre más riesgo de tensionar a quien prodiga el masaje. Al igual que en la modalidad anterior, tiene la capacidad de movilizar la energía, pero lo hace de manera extremadamente sutil.

4- Estiramiento: se utiliza principalmente para recorrer los costados del cuerpo. Consiste en operar con las manos a modo de pinzas: el pulgar en el lado superior y la palma y las yemas del resto de los dedos, en contacto con el lado inferior del cuerpo de la pareja. Tiene un efecto similar al masaje con la mano extendida.